lunes, 21 de diciembre de 2020

Reencuentro con mi niño interior

Hay algunos momentos especiales en los que podemos reencontrarnos con nuestro niño interior, uno de ellos es el mes de abril, donde hay toda una celebración especialmente para los niños, otro momento es cuando se celebra el cumpleaños de una niña o un niño; y un último momento es el mes de diciembre, en el cual sucede la magia y la fantasía de regalos y juguetes, de los encuentros con primos o abuelos, de celebrar el amor genuino con la familia. En este sentido, el mes de diciembre contiene una maravillosa oportunidad de reencontrarnos con nuestro niño interior. Me parece una época más que propicia para comenzar a sanar esas heridas emocionales que todos arrastramos desde la infancia, o incluso la adolescencia, entonces este mes nos permite propiciar este reencuentro que nos ayudará muchísimo, ya que podremos desarrollar más paciencia, tolerancia y tranquilidad para nosotros y para los niños o adolescentes que vivan en casa y con los cuales ahora estemos viviendo situaciones de confinamiento.

Así que compartiré 3 formas de buscar a nuestro niño o niña interior, a ese pequeño o pequeña que ya no juega, que ya no ríe, que ya no disfruta como lo solía hacerlo antes, entraremos en esa búsqueda para poder sanarnos. Así que manos a la obra

1) Piénsate en un momento de miedo, de confusión, de angustia o de pasar por un regaño cuando eras pequeño; una vez que ubiques ese recuerdo tuyo, detente en ese momento, pausa el pensamiento y que tu adulto ayude a ese pequeño a que disuelva esas emociones negativas, tal vez le diga palabras de confort, tal vez lo abrace, o tal vez le dé un consejo, o tal vez solo lo mire a los ojos y le diga que todo pasará. De tal manera que solo tú sabrás qué necesita ese niño o niña para sentirse seguro, confiado, amado y reconocido.

Este tipo de reencuentro nos ayuda a perdonarnos, a perdonar a otros y sobre todo a resignificar miedo, angustia, confusión o todo aquello que hoy como adulto requiero fortalecer para quitar bloqueos emocionales.

2) Busca realizar alguna actividad que sabes o recuerdas que de niño no era permitido que hicieras por alguna o sin ninguna razón, por ejemplo, pintar en una pared, jugar con tierra, columpiarte fuerte, tocar algún instrumento, cantar, bailar, hacer teatro, fotografiar el mundo, practicar algún deporte, etc. Cualquier actividad que haya sido que te prohibieran porque no podían pagártela, porque no era para ti, porque las niñas o los niños no hacen eso, por lo que hayan argumentado tus padres o familia, dale permiso ahora a ese niño o niña, permítele hacerlo ahora, sin miedo, sin prejuicios, sin el qué dirán, sin pensar en que es demasiado tarde.

Te imaginas poder darte permiso hoy de hacer eso que deseabas, esto ayudará a que no tengas lamentaciones, a que disfrutes la vida realizando una actividad que te motiva, que te hace reír, cantar, sudar, brincar, que te hace apasionarte. Hoy en día la vida es tan rápida y cumplimos tantos estereotipos que nos olvidamos de quienes somos y el por qué vivimos. Sacúdete y deja que tu niño disfrute la vida.

3) Una gran manera de reencontrarnos y sanar nuestro niño interior es regrabar las frases negativas guardadas que nos decían nuestros padres o adultos significativos; pues se dice que tenemos cerca de 25000 horas de grabación mental sobre palabras que ellos nos dijeron sobre nosotros. Así que, necesito hagas una lista de palabras y frases que te dijeron de niño o adolescente y que tengan impacto negativo en tu vida, por ejemplo, “otra vez tú”, “por tu culpa”, “siempre te equivocas”, “nunca haces nada bien”, “eres un bobo”, “te pareces a tu padre o madre”, “nunca serás nadie”, “siempre rompes, tiras, etc”. Ya que tengas esa lista, será momento que tu adulto le diga a ese pequeño frases distintas, esas frases serán de aliento para nuestro niño, de tal manera que podamos hacernos presente para reconfortarlo y que esas palabras dejen de tener tanto valor y peso sobre nuestra vida adulta; así que, guíalo y míralo, abrázalo quizá, y di o haz lo que sientas en ese momento con cada una de las frases que apuntaste, procura sentirlo, vivirlo, y si es necesario, llorarlo para aliviar a través de nuestro niño interior, al adulto que eres hoy. Este ejercicio nos permitirá ir regrabando frases positivas, con un valor distinto al anterior.

Quiero comentar que la sanación de nuestro niño interior es un proceso que implica muchos pasos, pero que el comenzar al menos con estos 3, es comenzar a sanar desde el corazón, desde el pasado y hasta el presente, desde el aquí y ahora con una disposición más amorosa y comprensiva, amándonos y amando a los demás con una energía amorosa y un progreso en el fluir de la vida.

Psic. Dalia G Balderas

Te invitamos a los retiros para mujeres y para hombres, donde trabajaremos más fuertemente en la sanación de tu niño interior y temas de sanación, así como temas de incremento de la inteligencia sexual.
Más informes en la página www.TAOUNIVERSITY.mx
O en el WhatsApp 5575529384

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